Las fiebre de los remakes en Hollywood está llegando a cotas tan absurdas que dentro de poco podremos disfrutar de un remake de una película que se encuentra en pleno rodaje.

La última víctima de la fiebre de los remakes es la genial obra de Paul Verhoeven, Robocop. Robocop es una obra cruda, violenta y profética sobre las consecuencias de la implantación de un régimen policial en una sociedad dominada por las multinacionales.

La película, cruda como pocas, quedo, sin embargo, descafeinada por las presiones de la productora a un, por entonces, joven director.

Ahora quieren hacer un remake, sin Verhoven, que según me da en la nariz será una versión edulcorada que traicionará el espíritu de la primera película de Robocop y el comic que le dio origen.

Dentro de poco entre adaptaciones de libros y comics, secuelas y remakes desaparecerá, en los Oscars, la categoría de mejor Guión Original por falta de trabajos.

Corto y cambio,