Ayer fui a ver, con un buen amigo, lo penúltimo del ex Monty Pyton Terry Gilliam (lo último se acaba de estrenar en el Festival de cine de San Sebastián), El secreto de los Hermanos Grimms.

Es una película de encargo (destinada a financiar su proyecto inconcluso de Don Quijote) y eso se nota. Terry Gilliam huye un poco de su visión personal y dota a la película de un halo simplón que, sin duda, permitirá su consumo entre los ávidos de entretenimiento familiar. Es una película creada para dar el dinero suficiente que financie sus proyectos más personales.

La historia nos muestra a dos farsantes “cazamitos” que se encontrarán inmersos en uno de los mitos que ellos suelen crear. La estética nos recuerda al Barón Munchausen. Los efectos especiales flaquean en demasía… quizás lo único interesante sea las interpretaciones de sus dos protagonistas Matt Damon (siempre sabe escoger un buen papel; quizás deba explicárselo a su amigo Ben Affleck) y un sorprendente Heath Legder (este actor siempre cumple… habrá que tenerlo en cuenta).

Un entretenimiento ideal para pasar una tarde aburrida.

Corto y cambio,

PD. Si te gusta este blog, clikea en el símbolo que tienes encima de la ventanita del Google y dame un voto para los premios del Día de Internet. Gracias.